Ratios financieros. Con el cálculo de los ratios se
consigue un indicador sintético que resume una información sobre la situación
de la empresa. Los ratios no se pueden utilizar de forma aislada para dar
interpretaciones generales, sino que deben de acompañarse de otros indicadores
que permitan comparaciones e interpretaciones ajustadas y orientadoras.
Ratio de disponibilidad
inmediata. Muestra la proporción de
deudas a corto plazo que se podría liquidar con las cuentas de tesorería de la
empresa. El valor óptimo es muy relativo y depende del tipo de empresa y del
sector, pero diversos autores lo cifran en torno a 0,1 – 0,4. Nuestra empresa
no tiene dificultad para hacer frente a sus pagos más inmediatos, sin entrar en
riesgo de suspensión de pagos, ya que el resultado es de 0,39
Ratio de tesorería. Indica la capacidad para liquidar las deudas a c/p sin
riesgo de suspensión de pagos. Para evitar problemas de liquidez debe de tener
un valor entre 0,8 y 1. Al ser de 0,9 no existe riesgo de suspensión de pagos
ya que con el realizable y el disponible podemos hacer frente a las deudas a
corto plazo. Si es muy superior a 1 hay un exceso de liquidez, la empresa
mantiene recursos sin rendimiento.
Ratio de liquidez. Se compara el activo corriente con el pasivo corriente
y muestra la situación de liquidez de la empresa, pero no de una forma
inmediata como el anterior. Debe encontrarse entre 1,5 y 1,8. El resultado del cálculo de este ratio es de
3,7 lo que muestra que no disponemos de liquidez suficiente.
Ratio de garantía. Este ratio mide la capacidad total de la empresa para
afrontar sus deudas, y debe ser mayor que 1,7. El resultado del cálculo de este
ratio es de 1, lo que indica que el total de nuestras deudas es prácticamente
igual que el total de nuestras inversiones. Esto se debe a que hemos invertido
poco capital social, ya que somos una nueva y pequeña empresa y las socias no
disponemos de mucho capital para invertir.
Ratio de autonomía
financiera. Muestra la relación entre
el pasivo no corriente y las deudas totales de la empresa. Sirve para comprobar
la calidad de la financiación de la empresa, en el sentido de su dependencia
con respecto a la financiación externa. El valor óptimo tampoco está muy
definido, pero podría establecerse un valor mayor que 1. Al disponer de poco
capital social, dependemos de financiación ajena a la empresa, por lo que no disponemos
de autonomía financiera.
Ratio de endeudamiento: mide
el grado de endeudamiento de la empresa. Debería ser menor que 1, cuando en
nuestra empresa el resultado es de 63,75. Nuestra empresa se encuentra
sobre-endeudada debido a que se trata de una nueva y pequeña empresa que acaba
de comenzar su actividad, y por tanto, necesita de gran financiación para
llevar a cabo su proyecto.
Ratio de la calidad de la
deuda. Indica la proporción de las
deudas de la empresa que son exigibles a corto plazo. Su valor óptimo tampoco
se puede indicar con exactitud. Cuanto más bajo sea el ratio, el endeudamiento
será de más calidad, ya que, cuanto mayor sea el plazo de pago de las deudas,
disponemos de un mayor margen.
Sus valores deben encontrarse
entre 0,2 y 0,5. El resultado de calcularlo es de 0,26 lo que nos muestra la
excelente calidad de nuestra deuda.
Ratio de inmovilizado: el valor debe ser menor que 1, siendo el de nuestra
empresa de 0,06 lo que muestra que la financiación básica es capaz de financiar
la totalidad de nuestro inmovilizado (ANC).
Conclusiones del análisis de ratios
Tras analizar detenidamente
todos los ratios y estudiarlos conjuntamente, hemos llegado a la conclusión de
que el principal problema de nuestra empresa es la falta de capital social.
Lamentablemente no podremos ponerle solución hasta que la empresa se encuentre
en su fase de crecimiento y comience a obtener notables beneficios. A partir de
dicho momento, prevemos un aumento de nuestro patrimonio neto, y podremos
llevar a cabo nuestra actividad sin necesidad de recurrir a fuentes de
financiación ajenas a la empresa.
Cabe destacar la excelente calidad de nuestra deuda gracias
al préstamo del ICO.
Creemos que la línea ICO (Instituto de Crédito Oficial)
garantía S.G.R.(Sociedad de Garantía Recíproca)
2013 es la que más se adapta a nuestras necesidades.
Pueden solicitar estos préstamos tanto autónomos como
empresas, siempre que cuenten con el aval de una SGR.
Los préstamos podrán destinarse a financiar:
- Liquidez: las necesidades de circulante tales como gastos corrientes, nóminas, pagos a proveedores, compra de mercancía, etc.
- Inversiones productivas dentro y fuera de territorio nacional.
El importe máximo que se puede solicitar es de 1 millón de
euros, en una o varias operaciones.
Esta línea es compatible con otras Líneas ICO, así como con
ayudas recibidas de las Comunidades Autónomas u otras instituciones.
El cliente puede elegir entre tipo de interés fijo o
variable que dependerá de la modalidad del aval.
Escogemos como Sociedad de
Garantía Recíproca que nos avale ELKARGI,
S.G.R., ya que mantiene con las entidades financieras acuerdos
mediante los cuales las empresas se benefician de condiciones preferentes para
la financiación de sus inversiones. Sin necesidad de cambiar de banco o caja de
ahorros.
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